En estos 34 años de estar en este mundo, he aprendido que nuestras primeras experiencias, especialmente las de nuestra infancia, son las que nos marcan de manera más profunda. Por eso, nuestros grandes traumas provienen de esa época. Aunque también debo decir que el núcleo que nos hace ser quienes somos encuentra sus raíces en esta etapa temprana de nuestra vida.
En mi caso, a la tierna edad de 6 años (ahora tengo 34), experimenté lo que considero mi acercamiento más importante y un punto de inflexión en mi vida, ya que este acontecimiento me cambiaría para siempre: mi primera consola de videojuegos.
Motivado por la televisión, las charlas con mis compañeros y las exhibiciones en los centros comerciales, uno de mis mayores deseos era que me regalaran una consola de videojuegos.
Corría el año 1995, y mi padre, que se encontraba en viajes constantes, estaba en casa por algunos días. Como buen niño, pensaba que los adultos tenían mucho dinero y que podría darme la consola que le pidiera.
Ni él ni yo sabíamos mucho sobre videojuegos, así que fuimos al lugar más confiable para adquirir tecnología de entretenimiento en los 90: un San Andresito.
Este lugar, ubicado en el centro de la ciudad de Cali, lo recuerdo muy bien. Había vitrinas con lo que ahora sé que eran Game Boys, Nintendos y en una caja grande vi lo que sería mi iniciación en esto de los videojuegos: una Super Nintendo en bundle con el juego Super Mario All Stars + Super Mario World.
No imaginaba que 28 años después estaría recordando mientras observo todas las consolas que tengo, las miles de horas dedicadas a esto, las miles de vidas y las historias de las cuales he sido protagonista. Como un regalo, los videojuegos moldearon mi vida.
Mis mejores amigos, mi carrera académica, mis experiencias, de una u otra forma han seguido un camino trazado por este gusto por los videojuegos.
Larga vida, videojugadores. Y ¿cuál fue su primera consola de videojuegos?
El escritorio de JohnRo 