Recuerdo trazarme una meta, una meta videojugabilística. Ser el primero de mis compañeros estudiantiles de pasarme el escalofriante, desconcertante, angustiante y tétrico; Resident Evil (uno). Solo escuchaba rumores de lo difícil que era el juego, una mansión llena de monstruos, nada más que un cuchillo…y me hablaban de una serpiente gigante.
Jill en el pasillo luchando con los cerberus, mi primer susto en la saga.
Arrancamos con un timbre dando fin a la jornada escolar, una panorámica de un colegio y nos acercamos a una cancha de basket donde nos presentan a los protagonistas de estas historia, todo esto ambientando con Still waiting de Sum41 en el fondo.
Kenny en las duchas.
Kenny, uno de los protagonistas decide quedarse a practicar sus tiros mientras los demás abandonan el colegio. Al terminar su sesión e ir a las duchas lo llaman a su móvil y mientras atiende una sombra se le lleva su mochila. Él se da cuenta, comienza a perseguir la pista de la sombra ladrona de mochilas terminando en una parte abandonada del colegio. Al ingresar y descender por una trampilla comienza a explorar estas instalaciones subterráneas topándose con celdas y jaulas. Preocupado decide abrir las celdas encontrándose con Dan, este le explica que deben escapar y así lo intentan. Dan es asesinado por una criatura enorme y Kenny corre por su vida recorriendo los pasillos ya explorados, comienza a subir la trampilla y alguien desde arriba cierra la trampilla quedando atrapado.
El estudio Red Hook a través de una exitosa campaña de kickstater logró lanzar en 2015 el Darkest Dungeon, una estridente representación de varios horrores lovecrafnianos en una secuencia de acción lateral por turnos.
En el cual el horror, la tensión y (pocas veces) el heroísmo harán parte de una entretenida pero angustiante aventura por recuperar una mansión y sus cercanías de los tentáculos de la maldad; para su extenuante labor contarás con varias clases de personajes que deberás organizar en un equipo para sobrevivir.